Secretitos

Este mes va a haber un salto temporal en las crónicas, contra mi voluntad, todo hay que decirlo, ya el jueves de la semana pasada empecé a sentirme mal, o medio mal, moquera, la cabeza de un lado para el otro, el cuerpo dolorido, lo típico, SIN FIEBRE, y lo que menos apetece o se recomienda es hacer deporte en estas condiciones así que me tuve que quedar a covar-la aunque no fue tan grave como para impedirme seguir con el repaso de caminos e ir actualizando el otro blog, acabar las zonas de Valldemossa y empezar las de Esporles, como comenté, es conveniente de tanto en cuando realizar esa labor y subsanar posibles fallos.

Esta semana no es que haya mejorado mucho, es lo que tiene si dejas que la naturaleza espabile sola pero al menos sí lo suficiente como para al menos creer que puedes salir a dar pedales. Algunos compis propusieron dar un garbeo por Tossals, demasiado pateo para mí, y otros mentaban la mola de Sobremunt, eso ya es otra historia, rodar y rodar aunque sea hacia arriba, la única pega de esta convocatoria es la hora, si ya quedan tarde de por sí salen más tarde aún y no me lo podía permitir así que salí antes para hacer la misma ruta y quizás, solo quizás, me pillarían, ése fue el motivo por el que ni siquiera comenté mi intención de asistir.

Pasé primero por la tienda, cerrada a cal y canto y nadie por las cercanías, luego por el Deca que es donde suelen quedar y tampoco había nadie así que continué yo solo hacia Son Anglada y Establiments para dirigirme después hacia Bunyolí, allí paré en la entrada porque la aplicación gps no me funciona bien, se ha actualizado y se para constantemente, suele ser por la configuración de la batería pero ni modificándola parece que funciona correctamente, puede que tenga algo que ver el bloqueo de pantalla, lo cierto es que no tengo traza de la ruta, tan solo segmentos cortos inservibles. No es que me haga falta ésta precisamente para comprobar tiempos ya que me empeñé en subir con el 32 y no rodé lo que se dice rápido, no así el que me pasó con la eléctrica, el único que vi en toda la mañana, quería la traza para completar las estadísticas, ya la de la semana anterior tuve que acortarla por no recargar el teléfono pero aún funcionaba bien, ahora ya ni eso.

Volví a parar en la cadena por si se les ocurría aparecer pero ni por esas, y continué, allí ya metí el 36 y llegué hasta arriba del todo, pude llegar, ya es un logro así que me paré para comer algo mirando de reojo el camino pero ni rastro de bikeros, sigamos pues. Voy por detrás del chalé a empezar el camino como toca y a pesar de haber pasado varias veces después de que el guirufo haya puesto las piedras en medio lo encontré más revuelto que otras veces, serán manías mías, y aún así rodé mejor que en muchas ocasiones. Pasada la zona mala salté la pared y me fui por detrás hacia el clot de neu, allí hay que caminar un rato en la zona de subida y tuve unas molestias en una rodilla, parecía como si me tuviera que dar un calambre o algo así, unas freguetes y pude seguir. En el pou paré otro rato confiando oír algún sonido de frenada desde arriba y aunque sí escuché gente bajando eran senderistas y ni siquiera se acercaron.

Aquí tenía algo que comprobar, la otra bajada, la que había hecho hace mucho tiempo y no me acordaba bien, solo de las buenas vistas desde lo alto de las rocas como no se ven desde otro sitio, ni siquiera desde la cumbre de la Fita. Esa parte de bajada está muy sucia de ramas y troncos secos caídos en el suelo y al no estar pisado no se nota por donde debes ir pero una vez superas ese tramo empieza el camino propiamente dicho y tiene su miga, es muy técnico y con bastante pendiente pero pasable con confianza y seguridad en uno mismo y en la máquina y nos deja al final de la secreta, no del todo pero casi, nos queda la guinda antes de llegar al camino de carro así que de pachanga, nada.

Una vez en el camino ancho podemos imprimir más velocidad hasta llegar al aujub y después disfrutar del sendero hasta enlazar con el camino principal, la bajada de Son Poquet no era mi objetivo hoy y me dirigí hacia la ermita donde prolongué un poco la espera encaminando a varias señoras hacia el camino correcto después de dirigirse a mí en busca de ayuda, seguían una ruta que las conminaba a seguir subiendo hacia las ermites velles y ya tenían suficiente con lo que llevaban hasta ahora, venían de Esporles, que no era moco de pavo, y si hubiera dispuesto de algo más de tiempo las hubiera acompañado pero bajé por la pista, tomando la primera dressera, eso si, además la parte larga, me gustó mucho recordarla otra vez.

Lo más destacable de la vuelta directa por Son Malferit fue constatar la gran cantidad de senderistas y excursionistas que ahora transitan por allí, grupos, parejas, caminantes, paseantes, de todas maneras, es la época adecuada, en cuanto apriete un poco más el calor por allí no aparecerá ni dios, solo algunos pirados montados sudando la gota gorda sin querer perderse el mínimo rato de diversión, es lo que tiene esto de dar pedales, a veces vas hacia arriba y a veces hacia abajo, a veces flastomes, a veces sonríes.


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