Patrimonio cultural y paisaje urbano

Es uno de los palacios urbanos que construyó Cubas en su primer periodo para la nobleza y la alta burguesía en el paseo de Recoletos, de los que sólo se conservan éste y el de López-Dóriga, en el número 15. En el de Alcañices utiliza la decoración neorrenacentista de candelieri y tondos con cabezas en altorrelieve para realzar los componentes principales de la fachada, en la que todos los elementos decorativos estructuran un programa iconográfico relacionado con los nuevos valores de la época: la industria, la ciencia y el comercio. La cuidada rejería es una constante en las obras de Cubas y destaca en este caso por la originalidad de los antepechos y balcones de la puerta de ingreso. El edificio fue reformado posteriormente, alterando el primitivo esquema, ya que se descentró la puerta de ingreso, que estaba bajo la logia formando un claro eje de simetría, y se cambiaron las ventanas apaisadas del último piso por desproporcionados balcones. Por último, se eliminaron unos bustos que coronaban la balaustrada. Ha sido asimismo reformado por completo su interior para albergar las dependencias del Consejo General de la Abogacía.