Subbética

Hallan en Cabra un templo dedicado al dios Mitra con numerosos restos de banquetes rituales

Panorámica de la villa romana de Mitra, en Cabra.

Panorámica de la villa romana de Mitra, en Cabra. / El Día

Las excavaciones arqueológicas desarrolladas en la villa romana de Mitra, en Cabra, han dado con un resultado excepcional: el hallazgo de un mitreo o templo dedicado a este antiguo dios, vinculado a ritos paganos. Se trata de la tercera estructura de estas características que se documenta en la Península Ibérica, tras las localizadas en Altafulla (Tarragona) y en Lugo.

El director del Museo Arqueológico de Cabra, Antonio Moreno, ha subrayado este lunes la "importancia" de este descubrimiento, que redimensiona lo que hasta el momento se conocía de esta villa suburbana situada en la vía de comunicación entre Igabrum (la actual Cabra) y Soricaria, a 2,2 kilómetros de la primera.

El mitreo consiste en una estancia de planta rectangular, situado al suroeste de la domus, y tiene unas dimensiones de 7,28 metros de fondo y una anchura de 2,52 metros; cuenta con una entrada estrecha, de unos 0,80 metros, y varios escalones descendentes. A la derecha, existe un pequeño depósito de agua de 1,70 por 0,65 metros.

Los elementos "más significativos" son dos bancos corridos de mampostería y fragmentos de ladrillos de 0,65 metros adosados a los muros laterales; el de la derecha, presenta dos huecos u hornacinas. "Esta disposición de las estructuras, inclusive la existencia del depósito de agua, indican que se trata de un mitreo o lugar de culto a Mitra", ha concluido Moreno, quien ha recordado que en todo el territorio de lo que fue el Imperio Romano, desde la Península Itálica hasta Germania, existen "ejemplos similares", aunque en territorio de Iberia fue una construcción extraña. 

Detalle del mitreo de Cabra. Detalle del mitreo de Cabra.

Detalle del mitreo de Cabra. / El Día

De acuerdo al experto, el muro de la cabecera sería la cimentación del altar y de la gran hornacina que albergaría la escultura del Mitra Tauróctonos, mientras que los bancos serían los asientos donde se situarían los devotos mitraicos para realizar los rituales, entre ellos los banquetes.

El arqueólogo ha subrayado que presenta "particular relevancia" la existencia de un estrato de tierra oscura que cubre todo el pasillo central, donde se han recogido numerosos restos faunísticos de cerdo, ave y conejo. Los expertos lo identifican como "residuos de plato", es decir, pequeños fragmentos de huesos con evidencias de cocción procedentes en teoría de los banquetes rituales.

A la espera de los estudios de la cerámica y otros análisis radiocarbónicos sobre huesos y carbones, los investigaciones datan la construcción del mitreo en el siglo II después de Cristo, con una segunda fase constructiva identificada a finales del siglo III.

El poblamiento de este lugar se remonta a la Edad del Cobre (2.200 años antes de Cristo), si bien los primeros hallazgos arqueológicos se producen a principios del siglo XX. En 1950, se encuentra la espectacular escultura del Mitra Tauróctonos, que se expone en el Museo Arqueológico de Córdoba. Se trata de una pieza de excepcional importancia, ya que solo hay otras dos realizadas en bulto redondo: una se encuentra en el Museo Británico de Londres y otra en Roma, en el Museo del Vaticano.

La aparición de esta escultura relicaria propició que se llevaran a cabo diversas excavaciones en la zona y que dieron por resultado la aparición de la domus. El descubrimiento de ahora se produce como resultado de la intervención arqueológica que arrancó el pasado noviembre con el fin de hacer visitable el yacimiento, bajo la dirección de Antonio Moreno. El presupuesto es de 93.000 euros.

La villa de Mitra está inscrita en el catálogo general del patrimonio histórico andaluz como Bien de Interés Cultural (BIC). En enero de 2018, la zona excavada, de 653 metros cuadrados, fue adquirida por el Ayuntamiento, que hasta ese momento pagaba un arrendamiento a los propietarios.

El equipo de investigación liderado por Antonio Moreno Rosa se encuentra formado por José Carlos López, investigador post doctoral vinculado a la Universidad de Málaga; Jaime Alvar, catedrático de Historia Antigua de la Universidad Carlos III de Madrid; Francisco Jiménez, geólogo del Instituto Andaluz de Ciencias de la Tierra, y Rafael Martínez, arqueozoólogo perteneciente a la Universidad de Córdoba. El alcalde egabrense, Fernando Priego (PP), agradeció ayer el trabajo del equipo.

Comentar

0 Comentarios

    Más comentarios