Aun resuenan los ecos de la polémica causada por el ministro de Consumo y líder de IU, Alberto Garzón, cuando en sede parlamentaria y al hilo de una comparecencia en la que analizaba en términos económicos el sector turístico y el hostelero. Una intervención que generó una enorme polvareda al ser sacadas de contexto determinadas afirmaciones. Toda una reacción en cadena contra él proveniente de la derecha y de sectores empresariales por definir la economía del turismo como “de bajo valor añadido, estacional y precario”.

En sus declaraciones, realizadas en una comisión de Consumo del Congreso de los Diputados, el diputado por Málaga apeló a la necesidad de aprender de las consecuencias negativas para la economía provocadas por la pandemia. Garzón defendió la necesidad de modernizar la economía e impulsar la industria y especialmente a los sectores de alto valor añadido. Al referirse al turismo comentó que  desgraciadamente existía una “alta precariedad en un sector que había que ver cómo somos capaces de reforzarlo y mejorarlo”. Garzón sostuvo que había que aprovechar la situación para aprender y reforzar el turismo de cara al futuro permutando la cantidad por la calidad y de paso elevar su valor añadido.  

No estaba descubriendo nada nuevo sino que además pidió impulsar el turismo pero también habría que aprovechar la crisis sanitaria y económica para reindustrializar España diversificar la economía y evitar el monocultivo que, en zonas como en la Costa de Sol o el resto del litoral español, es especialmente dependiente.

Petición de dimisión a mansalva

Tras estas declaraciones el Partido Popular pidió a Pedro Sánchez su cese, la Mesa del Turismo exigió su rectificación o dimisión lamentando que "un ministro de España se pronuncie con tanto desprecio sobre el turismo español". El también diputado por Málaga y entonces responsable de Comunicación del PP, Pablo Montesinos, Pablo Montesinos, le demandó que "rectificase y pidiese disculpas por su ataque al turismo”. En caso contrario emplazó a Pedro Sánchez a que pusiera “orden en el gabinete”.

Con todo, las críticas más duras le vinieron desde su provincia, Málaga. Desde el Ayuntamiento a la Diputación gobernada por el PP, la junta de Andalucía -con un presidente y consejero de Presidencia malagueños- hasta los empresarios del sector, las declaraciones de censura y petición de dimisión fueron muy duras y diversas. El presidente del Consejo de Turismo de CEA llegó a decir que “si todo lo que hace al frente del Ministerio es así, es mejor que se vaya”. El responsable de la Asociación de Empresarios Hoteleros de la Costa del Sol (Aehcos), comentó que  “esas declaraciones es como si yo hablase de la fusión nuclear, la misma estupidez”.

Un organismo del Ayuntamiento de Málaga avala lo dicho por Garzón

Pues bien, después de toda esa polvareda y reguero de peticiones de dimisión y disculpas que le llegaron como dardos continuos a Garzón, muy especialmente desde Málaga, el ayuntamiento de la capital gobernado precisamente por el PP y Ciudadanos, viene a darle la razón al ministro de Consumo a través de un estudio realizado por un centro de estudios y análisis dependiente del propio consistorio. Se trata del Observatorio de Medio Ambiente Urbano de Málaga, el OMAU.

Vinculación extrema al turismo

Este órgano técnico y muy solvente en sus trabajos, ha concluido y hecho público la alta necesidad de replantearse el modelo económico sobre el que se asienta desde hace décadas la capital y muy especialmente su Centro histórico. En la misma línea que la formulada por Garzón, cree el OMAU que de la actual crisis sanitaria y de los perversos efectos sobre los comercios y establecimientos de restauración del centro deben de derivarse "aprendizajes para evitar una vinculación tan extrema al turismo, y diversificar la economía hacia otros ámbitos”. 

Abunda el informe es que este hecho viene siendo avisado desde hace tiempo: "Es una situación estructural de la ciudad que se lleva mucho tiempo señalando desde muchas instancias como el Plan Estratégico o la Agenda Urbana, pero sin mucho éxito como podemos contemplar con preocupación”.

“Dependencia patológica"

Llega más lejos que el propio ministro de Consumo y alude a la "dependencia" que el empleo de Málaga mantiene en relación a la economía del turismo, tildando de "prácticamente patológica no solo en la costa, si no ahora también en la capital donde los más de cuatro millones de visitantes y turistas de 2019 se habrán reducido a final de año de forma dramática".

Fragilidad a corto plazo del sector

Prosigue el estudio señalando que todo esto “afecta al potente sector de la hostelería y a los servicios complementarios del turismo que han sido salvados inicialmente del colapso total por el concurso de los ERTE, pero cuya fragilidad a corto y medio plazo es muy preocupante", añade. Pone de ejemplo de la debilidad del sector el hecho de que ha tenido que ser el propio Ayuntamiento quien implementara un plan de medidas para evitar la caída del turismo.