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Fomentar la lectura y crear vínculos entre generaciones: un proyecto escolar pionero

Los cambios en las estructuras familiares, la inmigración y la crisis económica, entre otras cuestiones, dificultan el vínculo generacional. Por ello, está surgiendo la imperiosa necesidad de crear espacios compartidos en los que diferentes generaciones se relacionen entre sí.

Partiendo de esta premisa, el entorno escolar ofrece un contexto ideal para trabajar la visión intergeneracional. De hecho, las experiencias intergeneracionales que se producen en la escuela ayudan a crear una ideología educativa para toda la vida, fomentando el aprendizaje bidireccional, y alimentando la participación activa tanto de las personas mayores como del alumnado.

Nuestro proyecto intergeneracional e intercultural ubicado en Vitoria-Gasteiz ha establecido una colaboración entre colegios, asociaciones no gubernamentales y centros de mayores para fomentar una relación de apoyo mutuo entre niños, personas mayores y profesionales.

Se sustenta en el Modelo de Atención Centrado en la Persona y en la psicología humanista positiva , de modo que, aunque tiene una estructura, busca estrategias personalizadas para las diferentes realidades.

La consigna fundamental es que, como mínimo, en el espacio y tiempo del proyecto cada persona (niños, niñas y mayores) aporte la mejor versión de sí misma. Y que lo haga desde la autenticidad, considerando a cada persona desde un enfoque apreciativo, poniendo en valor lo mejor de cada una.

Para ello se realizaron dos sesiones preparatorias con docentes, en las que se sentaron las bases del proyecto.

Metas compartidas, vínculos y lectura

La meta compartida es que, a través de una actividad agradable, los niños mejoren sus competencias lectoras y el gusto por la lectura, a la vez que establecen un vínculo positivo con las personas mayores que sea significativo para su vida. Han participado 18 personas mayores (de entre los 61 y 91 años) y 24 niños (de entre los 9 y 12 años) pertenecientes a 11 nacionalidades diferentes.

El proyecto se ha desarrollado a lo largo de varios años. Comenzó en el curso 2017–2018. El alumnado de 5º de Educación Primaria, mediante actividades de vivencia en primera persona y acercamiento a la realidad de las personas mayores, observaron la importancia de crear entornos accesibles y amigables para que todas las personas puedan desenvolverse de forma autónoma y cómoda.

Un ejemplo de estas actividades son las sesiones formativas sobre la importancia de los entornos accesibles y amigables. Por un lado, se reflexionó sobre la importancia de la accesibilidad. Y por otro, a través de un simulador, se realizaron varias dinámicas que permitieron al alumnado vivir en primera persona las dificultades que padece en su día a día una persona con movilidad reducida, baja visión o sordera.

Apoyo a la lectura con mayores

Partiendo de esa experiencia de trabajo colaborativo entre escuela y comunidad, en el curso 2018–2019 pusimos en marcha el programa de apoyo a la lectoescritura. Se adoptó el formato Lectura Fácil y, a pesar de la pandemia, no se detuvo.

El proyecto se desarrolló en el propio centro educativo, y el alumnado era el encargado de preparar el espacio, tanto a las necesidades de las personas mayores que iban a acudir, como a las necesidades de la propia actividad.

Por ejemplo, para la lectura en pequeños grupos se utilizaban hasta cuatro salas a la vez. Esto permitía disponer de un espacio más íntimo y tranquilo. Al terminar esa tarea se preparaba un aula amplia con sillas en círculo para que se sentaran las personas mayores, mientras el alumnado lo hacía en el suelo.

También se tenía muy en cuenta el itinerario dentro del propio centro, ya que se facilitaba el uso del ascensor a las personas con mayores dificultades de movilidad. Asimismo se fomentaba el protagonismo del alumnado como guía de la actividad: preparaba dinámicas de presentación y cierre supervisadas por el equipo docente y el educador de la entidad Kokuk.

Se acordó realizar una sesión semanal de una hora de duración. Además, tanto las personas mayores como el alumnado debían preparar estos encuentros con antelación mediante actividades de selección de lecturas paralelas junto a su grupo de iguales a lo largo de la semana. Todos los textos se seleccionaron con el objetivo de posibilitar una reflexión grupal final, poniendo sobre la mesa temas como la amistad, la soledad y el respeto.

Relaciones positivas, confianza y cariño

Durante todo el proceso se ha podido observar cómo han ido surgiendo relaciones positivas entre los niños y las personas mayores. Este vínculo se ha ido forjando desde la confianza y el cariño. Los niños que han participado en la experiencia verbalizan lo positivo que es para ellos tener contacto con personas mayores:

“Yo he aprendido también mucho de esta experiencia, porque antes las abuelas, las señoras mayores, no aparecían en mi vida, y desde que estoy en esta actividad con las señoras mayores he empezado a relacionarme más.” (Alumna de 6ª Educación Primaria)

Asimismo, han creado una relación con las personas mayores que les ha ayudado a descubrir maneras de vivir diferentes:

“Yo he descubierto que en las generaciones es todo muy diferente, ya que los señores mayores han vivido antes y es muy diferente a lo que vivimos ahora. Antes no había ni internet, ni televisores, ni teléfonos móviles; ahora hay aparatos que nos facilitan la vida. Y las generaciones, aunque sean diferentes, para mí son muy iguales, aunque los señores mayores cuando eran pequeños eran iguales a nosotros, solo que con menos recursos.” (Alumno de 6ª de Educación Primaria)

Mayor optimismo

Por otro lado, las personas mayores perciben que la participación en la experiencia ha influido en su estado de ánimo, ya que han participado con entusiasmo y satisfacción en la experiencia. De hecho, han expresado la pena que les suponía que la actividad se acabara con el curso escolar:

“Estaría todos los viernes; estaría porque he sido felicísima; me da pena que se termine.” (Participante de 70 años)

En la misma línea, la promoción de la interculturalidad y el sentirse parte activa de la sociedad son las ventajas más destacables de participar en las experiencias intergeneracionales, según sus propias palabras:

“Aprender de otras culturas, convivir con niños, poder enseñarles lo que yo sé. Sobre todo dar cariño.” (Participante de 86 años)

Todo ello ha supuesto una experiencia de generatividad, donde ambos colectivos se proyectan y son útiles para otras personas, además de beneficiarse del vínculo afectivo bidireccional.

Un enlace entre la academia y la realidad

Cabe destacar que durante todo este proceso de colaboración entre la academia y la vida real ha sido posible retroalimentar dicha colaboración con la creación de redes y planes de mejora, tanto en el desarrollo como en la evaluación de las actividades.

En definitiva, el proyecto intergeneracional se erige como una magnífica oportunidad de crear sinergias que permitan aprender, enseñar y crecer. Porque a través de la convivencia y la lectura, el alumnado y los mayores se abren a nuevos y gratificantes modos de aprender a conocer, hacer, ser y vivir juntos. Reflejo de ello es la reciente obtención del sello de calidad como proyecto intergeneracional pionero otorgado por la entidad europea TOY.


Este artículo y el proyecto mencionado se han realizado con la participación de Asier Manero Oliva, coordinador de BIZAN San Martín, y Javier Gómez de Arteche Gondra, Coordinador de Programas de KOKUK y Educador Cocurricular.

En el proyecto han participado el Colegio de Educación Infantil y Primaria Santa María de Vitoria HLHI, Sirimiri Servicios Socioculturales, la Asociación en intervención socio-educativa Kokuk, los Centros BIZAN de Landázuri, El Pilar y Coronación del Ayuntamiento de Vitoria-Gasteiz mediante el programa “Activa tu barrio” y el grupo de investigación KideOn.


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