Caracas.- La vicepresidenta de la República, Delcy Rodríguez, informó que junto a la delegación venezolana entregaron ante la Corte Internacional de Justicia (CIJ) un documento y sus copias que contienen evidencias que demuestra el derecho de Venezuela sobre el territorio Esequibo.
"Hoy entregamos a la CIJ evidencia de peso que reafirma nuestro derecho soberano sobre la Guyana Esequiba. Frente al fraude de Guyana y sus jefes coloniales, mantenemos nuestro apego al Acuerdo de Ginebra como único mecanismo válido para dirimir esta controversia. ¡Venezuela vencerá!", ratificó a través de la red social de Instagram.
“El laudo criminal de 1899 fue un fraude. Venezuela nunca ha consentido la jurisdicción de la Corte para esta controversia territorial; el único instrumento válido es el Acuerdo de Ginebra de 1966 y así está demostrado”; aseguró Rodríguez más temprano.
En el documento, Venezuela ratifica que el Acuerdo de Ginebra de 1966 representa el único instrumento válido para resolver la disputa con Guyana.
“El laudo criminal de 1899 fue un fraude. Venezuela nunca ha consentido la jurisdicción de la Corte para esta controversia territorial; el único instrumento válido es el Acuerdo de Ginebra de 1966 y así está demostrado”; aseguró Rodríguez más temprano.
En el documento, Venezuela ratifica que el Acuerdo de Ginebra de 1966 representa el único instrumento válido para resolver la disputa con Guyana.
Rodríguez afirmó que la entrega del pliego “no implica el consentimiento” de la República de Venezuela ni el “reconocimiento a la jurisdicción” de la CIJ en la controversia territorial por ese espacio, “ni de la decisión” que pueda adoptar sobre este asunto.
El texto señaló que la demanda unilateral presentada por Guyana ante la Corte en marzo de 2018 constituyó uno de los eventos de “mayor gravedad en la historia de la controversia” sobre la Guayana Esequiba, al validar el “fraudulento laudo arbitral de 1899 de forma irregular”.
En la ocasión, subrayó, Georgetown se atrevió “irrumpir violentamente” contra el Acuerdo de Ginebra de 1966 y la legalidad internacional, aunque Caracas se opuso a esa “peligrosa jugada antijurídica” que fue impulsada por la ExxonMobil y respaldada por Estados Unidos.
Denunció que ese paso solo tiene como propósito “desconocer y burlar las obligaciones” claramente establecidas por las partes en el Acuerdo de Ginebra, y añadió que Guyana se desbordó en su avaricia “por robar las inmensas riquezas” que pertenecen al país.
La vicemandataria rememoró que ese instrumento fue rubricado el 17 de febrero de 1966 por Venezuela, el Reino Unido y la entonces Guyana Británica, con el objetivo de poner fin a la controversia territorial mediante un arreglo práctico, aceptable y satisfactorio para todas las partes.
Acentuó que este Acuerdo “está en vigor y es el marco normativo” que debe ser cumplido de buena fe por las partes, conforme al derecho internacional.
El texto señaló que la demanda unilateral presentada por Guyana ante la Corte en marzo de 2018 constituyó uno de los eventos de “mayor gravedad en la historia de la controversia” sobre la Guayana Esequiba, al validar el “fraudulento laudo arbitral de 1899 de forma irregular”.
En la ocasión, subrayó, Georgetown se atrevió “irrumpir violentamente” contra el Acuerdo de Ginebra de 1966 y la legalidad internacional, aunque Caracas se opuso a esa “peligrosa jugada antijurídica” que fue impulsada por la ExxonMobil y respaldada por Estados Unidos.
Denunció que ese paso solo tiene como propósito “desconocer y burlar las obligaciones” claramente establecidas por las partes en el Acuerdo de Ginebra, y añadió que Guyana se desbordó en su avaricia “por robar las inmensas riquezas” que pertenecen al país.
La vicemandataria rememoró que ese instrumento fue rubricado el 17 de febrero de 1966 por Venezuela, el Reino Unido y la entonces Guyana Británica, con el objetivo de poner fin a la controversia territorial mediante un arreglo práctico, aceptable y satisfactorio para todas las partes.
Acentuó que este Acuerdo “está en vigor y es el marco normativo” que debe ser cumplido de buena fe por las partes, conforme al derecho internacional.
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