Hoy os traigo estos dos libros editados recientemente y que se pueden leer como uno solo. Tendría yo como ochos unos años cuando fui por primera vez a visitar Valencia donde residía un tío mío. Estaba tan contento con la novedad y la afabilidad que mostraba mi pariente mostrándome la ciudad que enseguida me puse a contarle sobre las hazañas del Cid Campeador y su toma de Valencia ante el emir almorávide Yusuf. Le pregunté si los habitantes de la ciudad conocían y conmemoraban aquellos hechos lejanos en la historia; mi tío se quedó un momento pensando y respondió que no, que en Valencia el Cid, ni fu ni fa. Verás, me dijo, y enseguida se lanzó a relatar la toma de la ciudad por parte de Jaime I el Conquistador, la relación con los moros vencidos, los monumentos conmemorativos que hoy jalonan la ciudad y otros sucesos  relacionados con este gran monarca, exaltado por los valencianos tal y como pude comprobar. Ese fue mi primer contacto con la figura del rey Jaime. Aprendí una gran lección de historia y, a la vez, que es bueno, en ciertas ocasiones, mantener la boca cerrada.

A lo largo del siglo XIII los avances técnicos, la colonización agraria, los excedentes productivos, el crecimiento urbano, el desarrollo del comercio a larga distancia, el incremento de la circulación monetaria y el crédito, la evolución del pensamiento y la penetración del derecho romano, entre otros factores, encaminan al Occidente medieval hacia cambios y transformaciones sustanciales. Entre las diversas formaciones políticas del mapa europeo de ese momento se encuentra la Corona de Aragón, un conjunto de territorios a uno y otro lado de los Pirineos y que, tras la muerte de Pedro II en la batalla de Muret (1213), va a atravesar una complicada situación con el heredero de la Corona, Jaime, un niño de apenas cinco años de edad cuyos parientes conspiraban para alcanzar el trono aprovechando su custodia en territorio francés en manos de su enemigo Simón de Montfort. Coetáneo de Fernando III el Santo y Alfonso X el Sabio, de Luis IX de Francia y del emperador Federico II de Alemania entre otros gobernantes relevantes del siglo XIII, Jaime I el Conquistador (o el Afortunado como fue llamado también por sus contemporáneos) no tuvo una tarea fácil. Su reinado, crucial en el devenir histórico de los espacios gobernados, resultó, cuando menos, conflictivo y polémico desde el primer momento hasta su etapa final. Entre otras muchas cuestiones, Jaime I tuvo que enfrentar los problemas planteados por su llegada al trono siendo niño y, sobre todo, por regir la Corona en un contexto feudal dominado por los bandos nobiliarios, por el agotamiento de una economía fundamentalmente agraria que necesitaba renovarse con acciones de expansión militar y comercial, por la inercia de una nobleza feudal rebelde y levantisca que defendía a ultranza sus viejos privilegios, por la inestabilidad sociopolítica que surgió con el cierre del proceso de expansión militar sobre el Levante peninsular y la creación del reino de Valencia, por una obsoleta concepción patrimonial de la Corona que le hizo disponer libremente de sus dominios en diversos repartos territoriales llevados a cabo entre sus descendientes o por las características de una monarquía que necesitaba posicionarse frente al reino y ampliar la base de sus apoyos políticos con la incorporación del elemento urbano, menestrales y prohombres. En el terreno de la administración hay que señalar el importante papel que la minoría judía desempeñó durante el reinado de Jaime I. A pesar de las prohibiciones eclesiásticas dictadas en el IV concilio de Letrán en 1215, que prohibía que los judíos desempeñaran cargos públicos y de gobierno, Jaume I y también su hijo Pedro III no dudaron en utilizar a personajes de esta religión para el ejercicio de funciones político administrativas.

Todos estos acontecimientos históricos se ven reflejados en la novela de dos tomos que nos presenta Juan Ramón Barat contados de manera que no abruman al lector. La conquista de Valencia y en general el extenso reinado de Jaime I es un tema con abundante bibliografía histórica, tanto en catalán como en español, así como innumerables novelas que no voy a desgranar aquí. Empezando por el Llibre dels Feyts, escrito por el propio rey. Pero siempre va bien retomar el tema. En esta biografía novelada, el autor empieza haciéndose eco de los últimos años de Pedro II y del tortuoso nacimiento de Jaime, pasando un poco por encima de las batallas de Las Navas y de Muret. La educación templaria del Rey está presentada como fundamento de su personalidad, y repasa la conquista de Mallorca y (no podía ser de otro modo) la de Valencia. Hace  hincapié en las trifulcas que el Rey mantuvo con los nobles aragoneses, apareciendo por aquí y por allá los Lizana, Azagra, Alagón, Ahonés, Foces, etc. Destaca el papel de la reina Violante como asesora del rey. La princesa húngara fue una mujer muy dinámica, que participó activamente en momentos trascendentales para el futuro de la Corona de Aragón. Con la muerte de la reina, acaecida en 1251, finaliza la primera parte de la novela. La segunda parte relata los siguientes acontecimientos históricos: las disputas con el Papa, la alianza con el Emperador Federico II Hohenstaufen y su hijo Manfredo, la boda de Contanza con el infante Pedro, las disputas con el rey Felipe IV de Francia y su hermano Carlos de Anjou, la rebelión de los mudéjares capitaneados por Al Azraq, la conquista del Reino de Murcia y las tensiones entre los hijos por el testamento real.

¿Qué aporta de novedoso J. R. Barat? Pues la manera impresionista de contarlo, un relato actualizado y adaptado a los gustos y usos actuales de la antigua crónica real. Por ejemplo las mujeres. Si en  el Llibre dels Feyts apenas se mencionan de pasada algunas reinas, como la madre del rey, doña María de Montpellier, su primera esposa Leonor de Castilla, o la reina Beatriz, mujer de Fernando III, ‘el Santo’, en la novela abunda la presencia de mujeres. Un hecho que va íntimamente ligado con el acto sexual, porque no hay dama que no goce de las atenciones del rey, bien dotado según se cuenta para las batallas de alcoba. Leonor de Castilla, Violante de Hungría, Teresa Gil de Vidaure, Elo Álvarez, Aurembiaix, Blanca de Antillón, Genesis, Berenguela Fernández, Elvira Sarroca, Guillerma de Cabrera, Berenguela Alfonso, Sibila de Saga. Las hay jóvenes y maduras, solteras y casadas (con el propio rey o con alguno de sus vasallos). Algunas viven inmersas en la búsqueda incesante del placer, otras son iniciadas por el soberano en los entresijos amatorios. Otras piensan más en el convento que en yacer en un lecho. No importa. El rey las ama a todas, reconoce a los hijos resultantes y les provee a todos de un buen acomodo material. El autor no intenta remedar el lenguaje antiguo, así que la lectura se nos hizo agradable y siempre amena. Antes del prólogo disponemos del árbol genealógico del rey, así como e una lista de sus esposas, amantes e hijos. La edición está cuidad. Los volúmenes son de tapa fina con solapa. Vienen con su faja y sendas bellas imágenes en la cubierta. El tamaño de la letra es generoso, lo cual agradecemos los lectores senior.

Juan Ramón Barat Dolz es, entre otras cosas, catedrático de Lengua Castellana y Literatura. Como escritor cultiva todo tipo de géneros, en novela histórica le recordamos por su Jaque al emperador, Sevilla. Algaida Editores, 2021, 416 páginas, donde trata la figura del guerrillero José Romeu durante la invasión de España por las tropas napoleónicas. En esta ocasión se traslada al siglo XIII y nos ofrece con estas dos novelas su particular visión de la vida del rey Jaime I el Conquistador. Lo mejor de las novelas es que tienes ganas de leerlas.

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Juan Ramón Barat, La extraordinaria historia del rey Jaime I el Conquistador. La soledad del rey (1213-1251). Sevilla. Algaida Editores, 2023, 416 páginas.

Juan Ramón Barat, La extraordinaria historia del rey Jaime I el Conquistador. Un reino en llamas (1252-1276). Sevilla. Algaida Editores, 2023, 360 páginas.

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